¿Qué son los antioxidantes y cómo funcionan en nuestro organismo?

qué son los anti-oxidantes, cómo incorporarlos y para qué funcionan

Para comprender qué significa que algo es «antioxidante» primero debemos explicar qué son los «oxidantes»: más conocidos como radicales libres  —o «radicales» a secas—, las sustancias oxidantes son moléculas con una cantidad no pareada de electrones. ¿Te acuerdas de los átomos que has estudiado en el colegio? Bueno, los electrones (de carga negativa) están compensados por los protones (de carga positiva). Cuando queda un electrón «desapareado», el átomo resulta inestable. En ese estado de desequilibrio, dichos átomos buscan compensarse a sí mismos sumando un electrón. Y, para conseguirlo, buscan y quitan electrones de células próximas, una acción que causa daño no solamente a nuestros órganos y tejidos sino también a nuestro ADN (ver más en ¿qué son los radicales libres?). Resultado de esto son enfermedades, envejecimiento, y hasta ciertos tipos de cáncer.

¿Sabías que nuestro organismo produce naturalmente radicales libres al respirar? El oxígeno (O2) en el aire que respiramos se divide, adentro nuestro, en dos átomos con electrones impares.

Beneficios de los Antioxidantes: ¡al ataque!

En este contexto mencionado, los antioxidantes son, entonces, sustancias que aportan electrones a los átomos descompensados. Esta acción se denomina «neutralizar».

Ejemplos de antioxidantes son la vitamina A (zanahorias, batatas, huevos), la vitamina C (cítricos, kiwi), la vitamina E (frutos secos, aceite de oliva, espirulina), los flavonoides (contenidos en el chocolate), el resveratrol (contenido en el vino), el licopeno (abundante en los tomates). Los arándanos se han vuelto populares, también, por su alto poder antioxidante.

Siendo honestos, es imposible combatir a los oxidantes de manera absoluta. Como te mencioné antes, sólo el hecho de respirar produce radicales libres. También el estrés, la actividad física, la polución ambiental y, claro, los vicios como el alcohol y el tabaco.

Por otro lado, vale destacar que cierta cantidad de radicales libres es beneficiosa para tu organismo. De hecho, los oxidantes atacan microbios y microorganismos en tu cuerpo, siendo parte de tu sistema inmunológico natural. ¿Y entonces?, me preguntarás tú; ¿en qué quedamos? Profundicemos aún más en el siguiente apartado.

Radicales libres versus antioxidantes

Es común encontrar en las farmacias un sinnúmero de frascos con complementos antioxidantes: desde resveratrol en cápsulas hasta selenio, pasando por vitaminas y extractos de arándano. Sin embargo, para mantener un equilibrio sano, te recomiendo incorporar antioxidantes de manera natural. En otras palabras, a través del alimento. Llenar tu cuerpo de antioxidantes de farmacia es una tendencia lamentable cuyos daños colaterales no se han estudiado con seriedad. ¿Por qué, en lugar de gastar tanto dinero en «complementos», no nos preocupamos por comer bien? Que sea el cuerpo el que produce las sustancias acordes, y que logre su equilibrio de manera natural. De hecho, está preparado para eso, y de manera perfecta.

En conclusión, antes de ponernos neuróticos con el asunto de los radicales libres y los oxidantes que los compensan, mejor invertir tiempo en planear nuestra alimentación. Elegir la comida a consciencia, variarla, limitar las proteínas, masticar despacio. Repetir.

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