Un abrazo es una muestra de amor sincero que en ocasiones solemos propiciar sin saber lo fundamental y determinante que éste verdaderamente es; tan es así que hoy existen terapias basadas en el arte de abrazar, terapias que han demostrado un increíble poder curativo y sanador tanto a nivel físico como psíquico y emocional.
Un abrazo es una herramienta del lenguaje no verbal, esa que todos entendemos más allá del idioma, y de las palabras; es un poder increíble de energía restauradora que podemos trasmitir en ese contacto piel a piel, donde ambos integrantes podemos sentir como esa fuerza indescriptible nos envuelve por completo, proporcionándonos una profunda sensación de paz, sosiego y bienestar.
Ya desde el momento del nacimiento en que nuestra madre nos apoya contra su pecho es que estamos sintiendo y practicando la abrazoterapia, y así nos sentimos hoy al darlo o recibirlo, como en ese instante primero de nuestra vida; seguros, protegidos y amados. Seguramente que la terapia de un abrazo auténtico en algún lugar de nuestro ser nos estará remitiendo a ese primer contacto y a la génesis de ese vínculo primario que nos recuerda el amor más puro y verdadero del universo.
El poder milagroso de un abrazo y el alcance de sus efectos:
- Induce a la liberación de serotonina y dopamina; que nos dan esa sensación de sereno bienestar, armonía y plenitud.
- Evita los bloqueos físicos y emocionales.
- Ayuda a superar los miedos emocionales.
- Ejercitamos la empatía.
- Despierta la creatividad.
- Estimula la generación de buenos pensamientos.
- Fortalece la autoestima.
- Produce beneficios al corazón.
- Ayuda al crecimiento y desarrollo de los niños prematuros.
- Favorece el buen humor.
- Reduce los episodios depresivos.
- Brinda reconocimiento a nuestro niño interior.
- Nos rescata de la soledad y del aislamiento.
- Contribuye a combatir el insomnio.
- Reduce la tensión.
- Entre otros efectos…
El ritmo del mundo moderno, correr de un lado a otro, el avance tecnológico, parece ganarle terreno al contacto persona-persona, y en consecuencia a la oportunidad de abrazar. Por eso, de acuerdo a lo dicho; desde este informe les propongo recuperar y celebrar, el poder terapéutico del abrazo genuino, ese que se da con el alma y desde el corazón.
No nos privemos, vivamos la emoción de un verdadero abrazo y disfrutemos de sus beneficios y del minuto mismo en que este se produce. Abracémonos más!

Ratona de biblioteca, trabajo de correctora part-time para varios sellos editoriales. Cuanto cae en mis manos lo leo, desde un libro hasta la etiqueta del shampoo! 😛 (y por ahora no uso anteojos!)


