Estudios recientes indican que acciones como la planificación y organización pertenecen al área ejecutiva de nuestro sistema cerebral, tan inherente al ser humano por nuestra necesidad imperiosa de anticiparnos y prepararnos. Esto de algún modo es muy productivo para:
- Reducir la posibilidad de errores evitables.
- Disminuir la ansiedad.
- Reforzar nuestra autoconfianza.
El inicio del año, y las vueltas de las vacaciones, nos van dando cuenta que es hora de comenzar a reorganizar nuestra vuelta a la vida normal, esa rutina tan cotidiana que un poquito nos pesa y cuesta… aún más cuando nuestros trajes de baño aún contienen restos de sal y nuestras zapatillas vestigios de arenas blancas que se acaban de derramar en la alfombra al desarmar la valija. Pero bueno… hemos llegado a casa y ese es la aviso de que el descanso ha cesado y es hora de recomenzar!
Para plantear, fijar objetivos y organizar lo que serán las actividades del año, será necesario:
- Tomar lápiz y papel para que todo quede documentado.
- Marcar en un calendario las fechas claves, como inicio de clases, primer día de trabajo, etc.
- Planificar qué nos hace falta en lo inmediato para comenzar con cada actividad: útiles escolares, uniformes, y más. De ser posible estipular una fecha para realizar dicha tarea. No dejar todo para último momento!
- Plantear las actividades, su frecuencia, y organizar cómo repartirlas. Si hay niños hacerlo con el padre de estos para que todo funcione como un mecanismo de reloj.
- Intentar pensar un plan B en caso que surjan obstáculos.
- Tener personas disponibles para que puedan ayudarnos en caso de urgencia o suma necesidad.
- Establecer prioridades: primero están las responsabilidades.
- Saber delegar es imprescindible en todos los órdenes de la vida.
- Crear recordatorios.
- Fijar metas reales y viables para evitar frustración.
- No programemos más de los que nos será humanamente posible.
- No cargarnos de responsabilidades, ni asumamos compromisos, que no podremos cumplir.
- Decir no a tiempo muchas veces evita males mayores.
- Elaboremos una listas de cosas que nos gustan realmente y que nos hacen bien; luego podremos elegir las que más se adecuen a nuestra vida actual, y dejar las demás para otro momento.
- Debemos ser flexibles ya que muchas veces debemos improvisar.
- Las metas más viables son las de corto plazo.
- Ser optimista incluso al programar.
- Chequear nuestra lista al menos una vez al mes.
- Ser prudentes.
- Pensar que todo saldrá bien.

Ratona de biblioteca, trabajo de correctora part-time para varios sellos editoriales. Cuanto cae en mis manos lo leo, desde un libro hasta la etiqueta del shampoo! 😛 (y por ahora no uso anteojos!)