Análisis de la obra «Ana Karenina», de Leon Tolstoi

Ana Karenina de Leon Tolstoi

Ana Karenina es una obra del género «realista» escrita por Lev Nikoláyevich Tolstoi, novelista ruso y autor, además, de La guerra y la paz, Infancia, Adolescencia, Los cosacos, Dos húsares, El padre Sergio, Iglesia y Estado, No puedo callarme, etc.

Miguel de Cervantes es responsable, entre otras tantas cosas, de haber sido el precursor del realismo literario europeo, a pesar de que el término corresponda a la denominación que Champfleary diera a su obra. El modelo cervantino, síntesis de toda la literatura española medieval, vilipendiado durante décadas, logra instalarse en el viejo continente por el simple y contundente hecho de reflejar la realidad social: el triunfo de la clase media y su ascenso al poder político y cultural. La revolución como método de dignificación social y una nueva escala de valores impregnan la novela realista, creada desde el utilitarismo, el materialismo, la ciencia y la urbanización demográfica sobreviniente a la industrialización.

El realismo ruso

Ana Karenina es uno de los íconos del realismo ruso, y el paradigma de la descripción minuciosa de la realidad, la exposición pormenorizada de los problemas sociales, aséptica de sentimentalismo romántico, expresión exacta de la relación del hombre y su medio económico, cultural y social, manifestación de los males de ese vínculo, resumen sintáctico de una idea con pretensiones de veracidad.

El éxito de la novela realista comenzaba en aquella época a mostrar bifurcaciones, con vertientes como el naturalismo, el espiritualismo y el psicologismo, que darán impulso extra a la mera descripción objetiva de la realidad.  Sthendhall, Mann, Flaubert, Dickens, Pérez Galdós, Dostoievsky, de Alarcón, Caballero, Gotthelf, Balzac, Tolstoi, entre otros, son los protagonistas de una de las corrientes artísticas más importantes de la historia del arte.

 

 Tolstoi era un realista espiritualista, de pensamiento marcado de sesgo anarquista y defensor del concepto de resistencia no violenta que infundirá hasta en el propio Mahatma Ghandi.

 

En sus últimos días se volcó al naturismo libertario y profundizó su religiosidad hasta rozar el misticismo. Ana Karenina es una de las obras más importantes de la literatura mundial, que se centra en la crítica del autor a la sociedad aristocrática rusa, exacerbando los defectos de la misma. Como todas las novelas de Tolstoi, Ana Karenina es una creación compleja y extensa, con gran número de personajes (algunos reales, aunque la mayhoría ficticios) y representativa de la vertiente realista psicologista.

Personajes de Ana Karenina

Ana Karenina representa a la dama de alta sociedad, hermana del príncipe Stepan Arkakyevitch Oblonsky, cuñada de Darya Alexandrovna (esposa del príncipe) y cónyuge de Alexei Alexandrovich Karenin. En la trama de la novela, junto a estos personajes y a Ana Karenina aparecen como principales la Condesa Lidia Ivanovna, un amigo entrañable de Stepan: Konstantin Dmitrievich Levin, el hermano de éste: Nikolai Levin y la prometida de Konstantin: Ekaterina Alexandrovna Schebatsky (apodada Kitty), la hermana de la esposa del príncipe: Darya, pretendida y perseguida, a su vez, por el Conde Alexei Kirillovich Vronsky.

Contexto histórico de Ana Karenina

La novela, publicada en 1877, cuyo origen fue el de serie de periódico, se desarrolla en las postrimerías del sistema zarista, régimen que perduró desde el año 1547 hasta la Revolución de 1917, y se cree que está basada en la vida de la hermana del escritor ruso Pushkin, María Hartung. El zar, derivado del Céasar latino, era el título ostentado por los monarcas rusos y de algunos de sus satélites, aunque durante ciertos periodos se los denominó Emperadores de todas las Rusias; el zarismo nació con Iván IV “el terrible” a mediados del siglo XVI. El zarismo no era más ni menos que un sistema de gobierno imperial, enquistado en una monarquía absolutista, burócrata, aristocrática, con una gran nobleza terrateniente, una iglesia ortodoxa, una policía centralizada y omnímoda y la consecuente conculcación de derechos y libertades civiles; el zarismo también estaba basado en una economía fundamentalmente agrícola con escaso desarrollo industrial, lo que generaba una gran población rural polarizada en pocos ricos y una enorme mayoría de obreros y campesinos pobres, sin clase media y movilidad social, carne habitual para las faenas bélicas del aparato expansionista. Es necesario destacar que León Tolstoi era hijo de la princesa María Nikoláyevna Volkonski y del Conde Nikoláy Ilich Tolstoi, miembros ambos de una antigua y legendaria nobleza rusa. Su visión y afecto por las clases menos pudientes y su consiguiente desprecio por la aristocracia, fue consecuencia de su conocimiento directo de ambos estratos, el último, en virtud de su paso por el campo de batalla, hecho azaroso ocurrido en ocasión de decidir acompañar a su hermano.

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