A partir de la división inicial trazada por Ernst Haeckel a mediados del siglo XIX, una parte del reino vegetal suele clasificarse en diversos tipos de plantas. Diferentes también son los criterios adoptados para ese proceder dificultoso, si tenemos en cuenta que existen alrededor de 250 mil especies.
Sin alejarse demasiado de la cientificidad las plantas se clasifican, según su uso, en plantas medicinales, ornamentales, aromáticas y plantas alimenticias, por citar las principales.
Las plantas alimenticias han provisto de nutrientes al ser humano y han alimentado a los animales. Primordial es entonces la importancia de las plantas alimenticias para nuestra raza y para todo el ecosistema terrestre.
Propiedades de las plantas alimenticias
Con las verduras, legumbres, cereales y frutas, el hombre tiene cubiertas casi todas sus necesidades nutricionales. Desde épocas inmemoriales las plantas alimenticias son parte de la dieta del ser humano y de la prevención de enfermedades de todo tipo.
Es difícil generalizar los beneficios de la cantidad de especies existentes. Cada planta alimenticia posee propiedades específicas, pero en líneas generales aportan vitaminas (complejos A, B, C, D y E), minerales (hierro, fósforo, potasio, magnesio, azufre, sodio, manganeso, calcio), antioxidantes, ácidos y aceites esenciales, lípidos y proteínas.
Directa o indirectamente el hombre depende de las plantas para su subsistencia, y así fue desde el principio de la vida humana.
Tipos de plantas alimenticias
Encontramos, en primer lugar, las plantas comestibles silvestres. Se trata de herbáceas (generalmente anuales) de vida corta que aportan su propio tallo, hojas o flores para alimentación o aromatización de alimentos.
Un subgrupo importante de plantas alimenticias son aquellas que brindan sus semillas como fuente nutricional para el ser humano y algunos animales. Se trata de las leguminosas, conocidas por el hombre desde hace miles de años. Brindan un aporte importantísimo de lípidos, fibras, proteínas, carbohidratos, vitaminas y ácidos grasos esenciales. Podemos mencionar a las lentejas, soja, arvejas, garbanzos, como fuentes de lisina, riboflavina, tiamina, que disminuyen el colesterol, los niveles de glucosa y juegan un papel importante en la prevención de algunas enfermedades.
Las gramíneas son otras de las plantas alimenticias que han permitido la subsistencia de la vida en la Tierra. Son las más domesticadas por el hombre y base de su economía. Avena, maíz, trigo, cebada, arroz, son algunos de estos nobles vegetales que constituyen la dieta, a veces exclusiva, de muchos países.
Obviamente, frutas y verduras integran el grupo más numeroso de plantas alimenticias de uso común. Si bien el tratamiento que reciben durante su cultivo ya no permite asociarlas, como antaño, con la total salubridad, son alimentos esenciales para el ser humano y principal fuente de nutrientes naturales. La creación de huertos orgánicos y la preocupación individual en pos de generar nuestros propios alimentos en casa, libres de herbicidas y otros químicos, nos acerca nuevamente al consumo predominante de verduras y frutas; esto es volver a la fuente, a la naturaleza, a nosotros mismos, pues eso somos. Las plantas alimenticias nos brindan un camino seguro a una vida sana.
Soy profesor de educación media al cual le gusta abrir y reparar cuanto objeto no funcione (aunque luego me sobren tornillos!) 🙂 Tengo una fascinación por los deportes acuáticos, y algunos veranos atrás trabajé de socorrista en las playas de Barcelona (muchas anécdotas). En infotopo principalmente colaboro con notas deportivas y técnicas, como aspirante a geek que soy.


