Llega el verano y con él las altas temperaturas, y saber cómo evitar un golpe de calor se vuelve materia crucial cuando debemos trasladarnos por la ciudad en medios de transporte sin la refrigeración adecuada, o bien estaremos largas horas bajo el sol o dentro de oficinas sin aire acondicionado. El sol cada vez está más fuerte, y el clima nos hace padecer, nos vulnera y afecta tanto que salir de casa parece haberse vuelto una «misión imposible” (pero no se ilusionen, no verán al actor Tom Cruise en la vereda).
Un golpe de calor es un estado repentino, producto de un calor excesivo que afecta nuestro organismo de distinta manera.
Para evitar un golpe de calor, los especialistas recomiendan:
- Beber líquido de manera constante.
- Evitar la exposición excesiva al sol.
- Permanecer en lugares frescos.
- No tomar sol en los horarios de 12-16hs.
- Salir con gorros, gafas o sombreros.
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
- Usar ropa liviana y de colores claros.
- No comer en forma excesiva: porque esto aumenta la temperatura interna del organismo.
Es importante diferenciar una simple sofocación de un verdadero golpe de calor, para poder tomar las medidas necesarias para poder revertir ese cuadro.
Los principales síntomas de un golpe de calor son:
- Dolor de cabeza.
- Vértigo.
- Nauseas.
- Confusión.
- Convulsiones.
- Piel enrojecida.
- Pulso débil.
- Pérdida de conocimiento.
Estos síntomas son posibilidades, no necesariamente implica que la persona tendrá todos estos.
¿Qué hacer frente a una víctima de un golpe de calor?
- Se debe colocar a la persona en un lugar fresco.
- Humedecer su cara y cabeza a temperatura ambiente.
- No darle agua para beber si no está consiente.
- Si el pulso es débil trasladarlo al centro hospitalario más cercano.
Tener presente que los golpes de calor pueden ocasionar severos trastornos de salud. Le puede ocurrir a personas de cualquier edad, pero el grupo más vulnerable son los ancianos y niños, debido a que los ancianos normalmente se deshidratan, porque olvidan tomar agua o por que salen muy abrigados, se exponen al sol, y ellos están en una etapa biológica de mucha debilidad, en cambio en el caso de los niños como no tienen el sistema respiratorio maduro, suelen perder mucho líquidos por evaporación y además los compartimientos intracelulares suelen ser más lábiles.
Por eso a cuidarse este verano y a cuidar a los que más queremos!

Soy licenciada en nutrición con master en alimentación natural y macrobiótica. Colaboro en diversos medios impresos para educación social alimentaria y prevención de la desnutrición. Además escribo sobre estética y ciertos temas de interés médico asistencial, mi segunda gran pasión! Soy fanática de los delfines y ballenas.