Obra de Sergio Sergi; su Fundación

obra de Sergio Sergi

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Nada es gratuito en la vida de las personas; todo tiene un precio que habrá que pagar o cobrar, tarde o temprano. Sergio Sergi fue testigo involuntario (y protagonista) de una de las conflagraciones más atroces que la humanidad le regalaría al Siglo XX. El dolor y el impacto producido fueron abonados en cómodas cuotas por el artista austriaco de nacimiento. Su vida fluctuó entre la euforia (acompañada de profusa producción artística –considerada para este artista -en realidad su producción total es escasa-) a la depresión absoluta (acompañada del ostracismo propio). Lo que se debe destacar de la obra de Sergio Sergi es que siempre fue coherente con un estilo marcado, que a medida que pasaba el tiempo, y a pesar de los paréntesis, ganó en calidad y originalidad.

En cada trabajo intentó mostrar la vida en todas sus facetas, desde una perspectiva única, mezcla de humor y tragedia, con sarcasmo e inteligencia. Todos sus vínculos pasaron por sus placas de impresión; su obra se divide así en grandes y talentosos retratos y en satíricas imágenes del mundo circundante (oficios, situaciones, sentimientos). Su obra enérgica y aguda posee una soberbia calidad que exige al espectador. El Hambre, La Guerra, El Banquete, La Boda, El Astrónomo, etc., son capítulos brevísimos y profundos de un verdadero manual de filosofía existencial. Sergio Sergi realizó una serie homenaje a Charles Chaplin y en sus últimos años crea “Ejercicios abstractos”, obras llevadas a cabo a partir de los nudos de ramas de algarrobo y retamo.

Poquísimas obras fueron firmadas y fechadas y algunos de los medios de producción fueron destruidos; su producción, como dijimos, fue escasa: casi una centena de retratos, cinco paisajes y algunas decenas de grabados sarcásticos. Sergio Sergi respondía siempre a sus sentimientos, a su visión particular de las cosas, cambiante por naturaleza; esto se tradujo en la recreación de trabajos ya realizados. Maestro del expresionismo (que tuvo algunas vetas surrealistas) Sergio Sergi ha logrado captar el mundo y todas sus vicisitudes en el claroscuro que sus imaginativos e instintivos ojos. “Soy ante todo un animal estético” sostuvo alguna vez. Su técnica es impecable, tanto en la expresividad de los motivos como en su desarrollo.

Fundación Sergio Sergi

Sergio Sergi tuvo dos hijos que siguieron el camino de las artes: Sergio y Fernando. Ambos acompañan con algunas de sus obras, trabajos y objetos de su insigne padre, en la galería que rinde justo homenaje al artista. El lugar es Emilio Civit N° 35 de la ciudad de Mendoza. La Fundación Sergio Sergi incluye materiales de trabajo como gubias, tacos y pinceles, además de obras inéditas y otras creaciones. La Fundación Sergio Sergi pretende rescatar algunas facetas desconocidas del genial autor de ácido humor y talento excepcional.

Jangada para Sergio Sergi (por Julio Cortázar)

De la ráfaga del árbol, de los ríos alzados que se inervan y aroman,
De cada flor rendida tempranamente a la muerte,
Por las venas blanquísimas y dulces como decir: sauco,
Y las remontas rumorosas de abedules y sauces,
Oh labrador de savias. Te acoges a ese declinado mundo herido
Y organizas muriéndote en carne
La teoría y el fasto de espesas criaturas

Señor de la madera, dolido combatiente de la fibra y el talco.

Por puertos de tormentas y amanecidos callejones,
Por borrachos dinteles donde rezuma la menta y la desdicha,
Furtivo andas, con tricotas terrosas y manos desiguales
Buscando las orillas inencontrables de tu sueño,
El lugar exactísimo de la luna y la sombra,
Las orillas lejanas donde lo erizos abandonan sus alfileteros
Y las mujeres se acercan dulcemente y cantan.

En un barco (¿es de humo esa vela o de ceniza, es de ausente ginebra?)
Un marinero pule la dimensión precisa
Del ébano en que caben senos, labios de ola, musgo de cabello,
Y alza la imagen en el nicho y duerme con ella en el coy
Y llora y ama, y no eres tú que estás en tierra firme,
Pero misteriosamente, ah, misteriosamente eres ese marinero.

Lo mismo te hallarás en una selva de sonoras raíces manantiales
Otilada en mi cama envuelto en arañas violentas y modorra,
Pastor de las madera, del hueso y la ebonita,
Pugilista que hiere las cejas de la noche
Con guantes transparentes de resina y fragante celuloide.

Lo mismo te hallarías en tu casa, en tu luna,
En el perro que estima la amistad de los troncos
Y el terciopelo búho que mastica su propio pico sabihondos.

Discurres por rectángulos y vas abriendo puertas
Con afección hostil de gubias y líneas de fuga,
asomado te veo a cada puerta nueva para mirar ese cielo de boj,
Y volverte llorando, sufriendo enceguecido,
Llorando hasta otro umbral que demora tu sueño
De atrapar una nube y hacerte una corbata para siempre.

¿qué mundo de verdad y de ceñida gracia irrumpe en tus puertas repetidas?

Tú no lo ves, no quieres, ya estás en otro cuarto
Mientras para nosotros llueve la gracia de las formas,
Por nosotros el ángel de la madera soma
Y se mira las manos de ceniza donde resta un brillar de savia seca.

Y tú estás lejos, solo y consideras
La herramienta celosa con filo de planeta,
Un nuevo, apenas muerto pedazo de abedul o pino blanco,
Y esperas.

Julio Cortázar.

Un comentario

  1. Necesito contactar a los herederos de Sergio Sergi. Entiendo que el sr Hocevar es hijo del artista.
    Necesito datos para derechos de reproducción, desde el Museo «J.B.Castagnino» Rosario. Santa Fe

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