La madera es un material realmente noble y hermoso, que brinda una calidez y una distinción difícilmente comparable, aunque trae aparejada una mantención anual de la laca o barniz que protege la superficie del material del desgaste diario, la misma que vuelve la madera más durable y, al mismo tiempo, agradable a la vista.
Existen en el mercado diversas clases de persianas de madera de exterior que podemos escoger para evitar el ingreso excesivo de polvo, regular la intensidad de la claridad, y resguardarnos de agentes externos como sonidos intensos, inclemencias del tiempo y agentes contaminantes.
Los tipos de persianas de exterior de madera más utilizados suelen ser:
- Las de enrollar: son tablitas horizontales, con guías metálicas que las unen; un rodillo oculto es el eje sobre el cual la persiana se enrolla, permitiendo la subida y bajada con el mero jalar de una cinta, o girando la manivela en el caso de modelos clásicos; la versión más moderna nos trae un sistema automático de subida y bajada con tan sólo mover una perilla o presionar un botón. Requieren una guía adicionada en el marco de la ventana, y una pieza interior para tapar el rodillo.
- Postigos: estos son un tipo de piezas de madera que se colocan mediante bisagras y que se abren desde adentro hacia afuera. Muchas cuentan con el escalonado característico de las persianas, permitiendo la introducción de cierta luminosidad a nuestros ambientes interiores. Son prácticas, y no requieren de taparrollos ni dispositivos para abrirlas, como cuerdas o manijas, y mucho menos motorcitos electrónicos. El inconveniente que presentan es que, como quedan abiertas al aire libre, los días ventosos son sinónimo de golpeteos constantes contra la pared, y se los digo por experiencia propia, ya que en la casa de mis padres teníamos este tipo de persianas y yo escuchaba ese molesto tac, tac, tac, mientras estaba intentando entender la morfología de las células para mi clase de biología (así es, aún recuerdo como si fuese ayer el torturante golpetear resonando en mis oídos). Pero como ustedes son más listos que yo, podrán incluir en el montaje una traba que fije las hojas de madera contra la pared previniendo su oscilación; los locales especializados los venden, y vienen también incluidas con ciertos modelos de fábrica.
Tanto las persianas como postigos pueden estar fabricados con distintos tipos de madera: roble, cedro, cerezo, pino Brasil o pino Soria; aunque también con laca o barniz, y la adición de un colorante seleccionado, se los puede entonar del color deseado.
La madera es un material natural, siempre vigente, que confiere estilo y elegancia. ¿Y por qué no ofrecerle sus virtudes a nuestras ventanas?
Ratona de biblioteca, trabajo de correctora part-time para varios sellos editoriales. Cuanto cae en mis manos lo leo, desde un libro hasta la etiqueta del shampoo! 😛 (y por ahora no uso anteojos!)
