Las endorfinas son pequeños neurotrasmisores que nuestro organismo produce naturalmente, perteneciente al grupo de los opioides. Estas se generan específicamente en la glándula hipófisis del sistema nervioso central y al unirse a ciertos receptores nos otorgan una sensación de infinito bienestar.
Las más conocidas son del tipo beta endorfinas. Sus receptores están ubicados a lo largo del sistema nervioso central y periférico de tal manera que al unirse a estos se produce una analgesia que produce sensaciones asociadas al alivio inmediato (según cada individuo se canaliza como euforia o quietud).
Los niveles de endorfinas varían de un individuo a otro de acuerdo a su sistema interno, su fisiología, su actitud frente a la vida, y a su mecanismo endógeno particular.
En idénticas circunstancias dos personas no generarán las mismas cantidades de endorfinas, porque claramente no somos químicamente iguales y cada organismo individual es básicamente único.
Estas son compuestos que actúan como moduladores del dolor y potencian los estados de bienestar que contribuyen a una buena salud general.
Entre los múltiples beneficios que brindan las endorfinas podemos citar:
- Promueven la calma.
- Mejoran el humor.
- Reducen el dolor físico y emocional.
- Atenúan el sufrimiento.
- Retrasan el proceso de envejecimiento.
- Reducen la presión sanguínea.
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Modulan el apetito.
- Perpetúan la buena energía.
- Activan la parte creativa.
Las endorfinas se generan en el organismo cuando realizamos actividades placenteras, que podemos disfrutar, como ejercitarnos, leer un lindo libro, sentir aroma a flores, oler un rico perfume, oír una deliciosa melodía, saborear un rico platillo, enamorarnos, etc.
Y claramente el abatimiento, la rutina, los estados nerviosos sostenidos en el tiempo, disminuyen dramáticamente la producción de endorfinas contribuyendo aún mas a perpetuar las actitudes negativas, la inestabilidad emocional, la inseguridad, el desgano, etc. Acercando a nuestras vidas situaciones desagradables y cada vez mas difíciles de sobrellevar.
Las endorfinas son siempre necesarias para vivir con armonía desde nuestro interior, y la buena noticia es que nosotros podemos generarlas intentando vivir cada minuto con alegría, optimismo y accionando el “hacer”. Esto nos colma de energía y de estas sustancias milagrosas que nos brindan tanta plenitud.
De nosotros depende… pongamos en marcha nuestro sistema para producir endorfinas de manera ilimitada… no es tan difícil, solo necesitamos entregarnos al disfrute y sonreír, no de la boca para afuera, sonreír con el alma… de eso se trata.
Ratona de biblioteca, trabajo de correctora part-time para varios sellos editoriales. Cuanto cae en mis manos lo leo, desde un libro hasta la etiqueta del shampoo! 😛 (y por ahora no uso anteojos!)
2 comentarios
¿Puede ser que comer chocolate libre endorfinas? Lo escuche por ahí y créanme que lo siento cada vez que degusto uno. 😀
Hola Sil!
Nuestro amado chocolate sí que libera endorfinas. El cacao es capaz de desatar oleadas de este neurotransmisor lo que explicaría en buena medida la “adicción” de muchas personas hacia este alimento, que en definitiva se remonta a los mayas y aztecas (“xocolatl” es el término original, es decir que la palabra es maya de nacimiento). Ya en ese momento era considerado un brebaje divino, un regalo de los Dioses. Besos.