¿Cómo exfoliar los tobillos y los pies adecuadamente?

cómo exfoliar los tobillos y los pies

Los pies son una de las partes del cuerpo que más exigimos: nos llevan de un lado a otro, nos permiten correr, subir, descender, bailar, saltar. Soportan nuestro propio peso todo el día, y la cosa no termina aquí, pues éstos pasan la mayor parte del tiempo cubiertos, asfixiados entre medias y calzados; y en muchos casos hacen equilibrios en tacones de 12 centímetros. Con todo esto, es natural que se vuelvan ásperos, hinchados, con piel endurecida, sectores de resequedad, y muchas veces hasta con presencia de hongos.

Por todo esto y más, resulta imprescindible mimarlos, atenderlos, dedicarles tiempo y cuidados, y hoy voy a explicarte cómo exfoliar los tobillos y los pies para que estén impecables como los de una damisela que anda por la vida sobre cojines de plumas.

La exfoliación propiamente dicha es un tratamiento que, al realizarlo en tus pies, inducirá una renovación de la piel del área, eliminando pequeñas durezas, suavizando y devolviéndole vida. Y claro que no debemos olvidarnos de los tobillos, que es una articulación que acompaña al pie en cada movimiento (quizás oscureciéndose y manchándose por el rose de calcetines o calzados).

El siguiente procedimiento exfoliante debe incluir a ambos, y para ello se pueden utilizar distintos productos dermo-cosméticos, preparados farmacéuticos o recetas caseras fáciles de preparar.

Entre las recetas de origen natural,
destacamos las siguientes 4:

  1. Sal fina (dos cucharadas) y aceite de jojoba (1 cucharada).
  2. Jugo de limón (una unidad)y azúcar negra (4 cucharadas).
  3. Germen de trigo (3 cucharadas) y pulpa de aloe vera.
  4. Sales de baño (½ taza) y glicerina (2 cucharadas).

En cada caso mezclar muy bien ambos ingredientes, y luego frotar la pasta obtenida con firmeza, empleando movimientos ascendentes, en pies y tobillos (incluso en la planta del pie). Dejemos actuar unos 10 minutos, y luego enjuaguemos con agua tibia.

Se recomienda completar este procedimiento con una crema pédica de menta y alcanfor, para refrescar y desodorizar la zona en cuestión (además de que relajará y absorberá la inflamación ocasionada).

Es muy importante, tras bañarse, secarse bien los pies. Y, antes de colocarse el calzado, agregar talco para absorber el exceso de sudor, aunque, ¡atención!, nunca en demasía para evitar que se resequen y/o descamen. También es fundamental colocarle crema a diario (cuando el pie se encuentre al aire); de la misma manera con el tobillo. Por último, recomiendo mantener las uñas cortas.

Todos estos tips, más una exfoliación quincenal, serán el combo perfecto para mantener nuestros pies y tobillos tersos, sanos y radiantes! Así que, «caminante no hay camino, se hace camino al andar», y qué mejor que andar con esos bellos pies inmaculados y bien mimados!

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