Es lógico que algunas mascotas sufran incomodidad, incluso depresión, con el collar isabelino puesto; esto se debe a que resulta algo antinatural eso con lo que tienen que lidiar, y para colmo no comprenden el por qué. Es razonable que se sientan desorientados, inseguros e, por si fuera poco, que algunos muestren su descontento tornándose un tanto agresivos.
Imagínense por un instante que a nosotros nos colocaran ese odioso elemento: ¡nos sentiríamos casi asfixiados! Yo, que, personalmente, sufro de claustrofobia, estimo que me volvería loco en pocos minutos.
Las consecuencias más comunes en el comportamiento de las mascotas con el collar isabelino:
- Incomodidad
- Desorientación (comienzan a chocarse con todo)
- Angustia.
- Desgana (no quieren caminar).
- Inapetencia (se niegan a comer).
- Miedo (se sienten inseguros).
- Desconfianza (muestran recelo con sus seres queridos y/u otras mascotas de la casa).
- Dejan de beber agua.
Por supuesto, no estoy indicando que sí o sí tu mascota atravesará estos estados. Todos los animalitos poseen diferentes personalidades, así que sufrirán a su modo o sólo mostrarán ciertos síntomas, aunque sería raro que no manifestaran ninguno.
El mejor de los consejos es armarnos de paciencia y acompañarlos en este proceso, hasta que logren adaptarse.
Aliviando a nuestras mascotas
- Guiarlos para que caminen, con una golosina u otra recompensa.
- No tocarlos de costado porque, al tener la visión reducida y sentirse inseguros, pueden morder o rasguñar (en el caso de los gatos).
- Alentarlos de manera tranquila y alegre.
- No gritar, ni hacerse mala sangre, pues ello captan nuestra energía y luego la encarnan.
- Elevar los recipientes de alimentos balanceados y bebederos, para que puedan acceder de manera más cómoda.
- Incentivarlos a la ingesta para evitar que no se desnutran, sobre todo luego de una cirugía, cuando requieren estar bien alimentados y fuertes para favorecer la recuperación.
- Prestar atención al agua de sus recipientes, para asegurarnos de que se estén hidratando correctamente. Si el nivel no baja, el animal no está bebiendo!
- Si están demasiado molestos o deprimidos, consulten con su veterinario para evaluar si pueden quitárselo durante cortos periodos, pero siempre bajo la supervisión de una persona responsable (ya que, en segundos, estos pueden ocasionarse daños serios).
- Busquen el collar que más cómodo le resulte a su animal, ya que hay distintos materiales y cada mascota se sentirá mejor con uno u otro.
Si siguen estas sugerencias ayudarán al animal en su evolución, y calmaremos ansiedades propias y lógicas. Aunque, en realidad, y más allá de todo, lo mejor que podemos darles es un profundo amor a esos inseparables y maravillosos seres que alegran nuestras vidas.
Entonces, recuerden: paciencia, comprensión, y mucho cariño. Aquí radica el secreto de esta nueva experiencia para ellos, y también para nosotros.

En mi vida probé muchísimos deportes, y hoy conservo aquellas actividades y hobbies que se realizan al aire libre. Mi otra pasión es viajar: conocer lugares exóticos del mundo y escribir bitácoras de mis vivencias. Disfruto de la fotografía y la geografía, así que cuando me surge un viaje, nunca lo dudo. Estas son mis experiencias.