Dostoievski nació en 1821 y murió sesenta años más tarde en su tierra natal: Rusia. Considerada su obra completa como paradigma de la literatura universal, escribe El Jugador en el año 1866, titulada originalmente como Ruletemburg (ciudad ficticia que se incluye en la novela como Ruletemburgo).
Como es su costumbre lo hace en primera persona, de lectura amena (aunque con cierto desorden estructural) y lleva impresa todas las características del realismo ruso que tan bien representó; sus personajes se desgajan en análisis internos con el escenario objetivo y concreto. Esto hace de El Jugador, como del resto de su producción, creación única donde refleja la maestría descriptiva del mundo circundante y los primeros esbozos de la novela psicológica, con vetas incluso surrealistas. El Jugador fue escrito por Dostoievski tan solo en un mes.
Contexto histórico de «El Jugador»
Dostoievski era hijo de un médico militar retirado, depresivo y alcohólico (al que le deseó la muerte en varias ocasiones) que se encargó de su crianza ante la prematura muerte de su madre. Sufriendo frecuentes ataques de epilepsia estudia en una escuela militar, aunque apenas terminada la carrera se dedica de lleno a la literatura. Tuvo gran influencia de los intelectuales franceses, prohibidos por el gobierno zarista, pero que él leía de todas formas en la clandestinidad; Dostoievski gozaba de una innata sensibilidad social que incluso le valió la prisión luego de unirse a movilizaciones socialistas.
Fue desterrado a Siberia y condenado a muerte junto con sus compañeros, pena conmuntada horas antes de la ejecución; sin embargo, le demandó diez años de encierro y trabajos forzosos. Esa situación le mostró la cara aterradora de las condiciones de los condenados y de los pobres soldados (fue enviado a Mongolia como tal). Viajó por Europa y su revista que había creado con un hermano fue cerrada por el gobierno. Visitó Hamburgo y estuvo diez días consecutivos jugando y perdiendo en el casino, en tanto enviaba cartas a su segunda esposa en la que mostraba todos los artilugios y defectos del jugador empedernido. Las deudas adquiridas lo obligaron a autoexiliarse de Rusia.
Dostoievski representa al realismo, primo del naturalismo, encargado de exhibir los hechos objetivamente, incluso aséptico de moral, que encuentra su origen en España. El escritor ruso escribió bajo el duro gobierno del zar Nicolás I (1825-1855, famoso por una administración corrupta, gran represión interna, fusilamientos en masas, censura total, prohibición de lecturas antiimperialistas, impulsor de la guerra de Crimea) y sus sucesores (Alejandro II – 1855/1881), siendo víctima del elefantiásico sistema burocrático, aristocrático e injusto por añadidura, plagado de ambiciones desmedidas y situaciones atroces.
Como contraparte en Europa, sobre todo en Gran Bretaña, se desarrolla la Revolución Industrial y los años de oro, por lo que las diferencias entre regímenes eran más acentuadas; como si fuera poco, Darwin esgrimía su teoría sobre el determinismo biológico que cambiaría la cosmovisión de gran parte del mundo occidental, y en consecuencia, la literatura giraría en derredor.
Argumento de «El jugador»
Ruletemburgo es el lugar donde habita una familia aristocrática venida a menos y con apremios económicos, encabezada por un general (Zagoriansky) del ejército ruso, de débil carácter y escasa personalidad. La familia tiene empleado como preceptor a Alexei, personaje principal de la obra. Éste es tratado como un empleado más, como un elemento servil, aunque él no admita someterse a esa realidad. El general espera la salvación de sus deudas con la herencia de una abuela al borde de la muerte.
Una noche se lleva a cabo una cena en la casa familiar, a la que asisten Des Grieux (un marqués de origen francés al que el general le debe una gran suma de dinero), Mr. Astley (tímido pero sumamente sagaz) y la señorita Paulina Alexandrovna (hija del general y blanco de los ojos enamorados de Des Grieux, Astley y del propio Alexei). Des Grieux hace alardes de los franceses en desmedro de los rusos, hecho permitido por sometimiento del general y que lo enfrenta con Alexei, que no lo soporta. Todos especulaban con la muerte de la anciana, para salvarse de los acreedores unos, para unirse o no a la familia los otros. Paulina le da dinero a Alexei para que juegue por ella en el casino; gana y se los entrega a la hija del general, que responde despectivamente, como siempre.
El hecho se repitió pero bajo ciertas condiciones: que le contase por qué necesitaba el dinero; en una ocasión Alexei perdió todo aunque se cumplió el cargo y así, logró saber que Paulina pesaba con deudas al igual que su padre. Alexei le juró que él ganaría mucho dinero en la ruleta para que ella se fijara en él con otros ojos y que era capaz de hacer cualquier cosa por su amor, incluso extremas; ante el desafío, Paulina le pide que realice un bochorno público al insinuársele a la esposa de un barón alemán amigo de la familia, simplemente para que pudiera divertirse. Alexei lleva adelante el insólito pedido y le vale la reprimenda del general y del marqués galo, además de la consecuente pérdida de su trabajo. Alexei descubrió el secreto de la familia: las deudas del general con el francés explicaban el trato permisivo de éste, además de estar enamorado de la prima de Des Grieux: la señorita Blanchete (que sólo aceptaría estar con el ruso si cobraba la herencia); Alexei le transmitió el descubrimiento a su amigo Astley, que ya conocía la situación aunque lo había mantenido en reserva.
En tanto, llega desde Moscú la Babulinka: la abuela que todos esperaban que dejara de existir y que conocía todos los pormenores de la familia y las especulaciones que pesaban sobre su cabeza; a la única que le tenía afecto era a Paulina Alexandrovna. La abuela hizo llamar a ésta y a Alexei que, luego de informarle que había sido despedido, la acompañó al casino, le enseñó los secretos que él conocía sobre las apuestas y la abuela ganó una suma fuerte que repartió entre los criados y los mendigos de la zona, pero ni un federico cayó en manos del general. Todos llamaron a Alexei para pedirles que le impidiera que la abuela gastara su fortuna en el juego, al que se había hecho habitué. Volvió a jugar perdiendo mucho dinero y decidió ante el estupor de sus sucesores, regresar a su ciudad. Instantes antes de tomar el tren de retorno, la abuela sucumbió a la tentación y corrió nuevamente al casino y volvió a perder una importante suma.
Un mes después la historia se repetía una y mil veces mientras que la familia del general y sus ambiciones se desmoronaban. Blanchete lo rechazó definitivamente; Des Grieux se marchó con lo poco que le quedaba al general; la abuela perdió todo. Ante esta situación Alexei tomó el poco dinero que tenía y corrió al casino, donde ganó una pequeña fortuna; se la ofreció a Paulina para que esta cancelara sus deudas pero Paulina mal interpretó el gesto y pensó que quería comprarla, se volvió loca y terminó en brazos de Ashtley que acusó a Alexei de haber provocado ese estado.
Conclusión
El Jugador es auto referencial, de un autor considerado por el mundo entero como uno de los más complejos y contradictorios de la historia de la literatura. Innova en el estilo al incorporar al narrador en primera persona, como otro personaje más dentro de la novela.
El Jugador muestra desde su interior los padecimientos y las consecuencias del juego compulsivo y la miseria e hipocresía de la aristocracia rusa de la época de los zares, que Dostoievski vivió de cerca (incluso la coloca en perspectiva con el modo de ser francés y alemán, encarnado por alguno de los personajes). Incluso la Blanchete de El Jugador parece ser una clara referencia a Apolinaria Suslova, una amante del escritor que lo abandonó.

Nací en Buenos Aires. Fue el 10 de noviembre del año 36 del siglo XX. Ese día murió José Hernández, curiosa circunstancia: la tradición ha acompañado mi vida.
Mi padre fue Noé Humberto Quiroga, un ingeniero que pavimentó, a diestra y siniestra, muchos caminos de la querida patria. Mi madre fue Angélica, un ángel simple, que enfermó cuando me ausenté de su lado para estudiar derecho en la ciudad capitalina. Lavié fue su apellido: no dejes de usar el apellido de tu madre pues a ella le debes la vida.
Es por eso que me conocen como Humberto Quiroga Lavié.
Un comentario
puta reseña de mierda