Análisis de «La metamorfosis», de Franz Kafka

análisis de "La metamorfosis" de Franz Kafka

Sobre el autor de la metamorfosis

Franz Kafka nació en Praga en el año 1883 y murió treinta y nueve años más tarde en Kierling, Austria; fue un escritor y jurista de origen checo aunque criado bajo la lengua alemana (el checo lo aprendió después). La mayor parte de las obras del escritor judío alemán fueron publicadas póstumamente, dado que el deceso fue prematuro, si es que existen tiempos para morir y la muerte admite adjetivos. Comenzó a escribir con esmero cuando terminó el doctorado en leyes, publicando tan sólo algunas obras cortas y dejando antes de morir la orden a su mejor amigo de deshacerse del resto de sus cuentos. La última voluntad se llevó a cabo a medias, primero a manos de su amante, que destruyó gran parte pero guardó una treintena de manuscritos (por desgracia la amante de Kafka y los escritos cayeron en manos de la GESTAPO y aún se los busca); y segundo, porque el albacea de los bienes lejos de destruir los cuadernos, publicó la mayor parte.

 

 La metamorfosis nació en 1915 y constituye una de las grandes creaciones del existencialismo floreciente, corriente filosófica europea que procuró patentizar la crisis moral y social del hombre de la época en sus obras

 

El existencialismo, que contó con exponentes como Kierkegard, Heidegger, Camus, Sartre (entre otros), intentó dar soluciones a la crisis esencial de la humanidad (Europa) aunque no es tan sencillo de definir debido a que confluyen en él varios movimientos. Esta corriente se aprecia en las obras de Kafka, o por lo menos, en ellas subyacen algunas de sus características: la responsabilidad del hombre frente al medio y su juego dialéctico con él. También se debe destacar que en La Metamorfosis se utilizan claros elementos del surrealismo y del expresionismo (a través de las emociones interiores del protagonista) en un relato lineal, extradiegético.

Contexto en que fue escrita la obra

El dato de haber sido escrito en 1915 habla por sí de la crisis que el hombre ha desencadenado a escala monumental con la incursión en la Primera Gran Guerra. Kafka nació en Praga (actual República Checa), ciudad fundada en el siglo IX, cuna de reyes y emperadores y centro de uno de los ghettos judíos alemanes más grandes y antiguos de Europa, así como de una gran comunidad cristiana. Fue, junto con Bohemia, una de las ciudades más importantes del Imperio Austrohúngaro (1867), quien desencadenó la Primera Guerra Mundial. Un año antes del nacimiento de Kafka se comenzaron a formar las alianzas (Francia, la Gran Bretaña y el Imperio Ruso; el Imperio Alemán, el Imperio Austrohúngaro e Italia) para la llamada Paz Armada (guerra fría y carrera armamentista). En junio de 1914 se asesinó al archiduque heredero del trono del Imperio Austrohúngaro, quien declaró la guerra a Serbia y lo propio hizo Rusia contra aquél; así comenzó la Guerra de Guerras, conflicto de movimientos primero, de trincheras luego, de locura siempre. El mundo se embarcaba en el delirio, en lucha con el relativismo moral (irresponsabilidad individual), consecuencia de las malinterpretadas teorías einstenianas y freudianas, que terminaría imperando años más tarde. En lo personal, Kafka lidió en su interior con los estragos de la guerra y sus consecuencias mediatas e inmediatas y sobre todo con su historia personal, plagada de autoritarismo y menosprecio por parte de su padre.

Argumento de «La Metamorfosis»

Gregor Samsa, viajante de comercio y único sostén de la familia, se levanta una mañana transformado en una criatura con aspecto de insecto. Antes de preocuparse por su salud, curiosamente lo hace por sus obligaciones y por la aventura que resulta manejarse con su nuevo y tosco cuerpecillo. La familia, que consta de su hermana Grete, de 17 años, su padre anciano y obeso, y su madre insalubre y ama de casa, además de la sirvienta de edad y plagada de sarcasmo, se alarman ante el encierro de Gregor en su cuarto, sobre todo porque si no va a trabajar no habrá ingresos en el hogar… Alarma que se transforma en horror al lograr abrir la puerta del cuarto junto al supervisor del trabajo de Gregor y descubrir así la verdad de su transformación; sin embargo, poco a poco el temor y la repulsión se transforman en resignación. Comienzan a atenderlo con cierto esmero aunque con la mayor distancia posible; sólo su hermana entra al cuarto y trata de alimentarlo. Liberó de muebles la habitación y proveyó de lo necesario a su hermano devenido insecto. Al tiempo, su animalidad, sobre todo al no poder comunicarse, es una idea que se instala en la mente y en los actos de sus familiares, que cada vez más se sumen en el abandono. Un día deja su habitación y su padre lo hiere gravemente. La familia debe alquilar la habitación de la criatura otrora humana para poder sobrevivir y Gregor ya es un verdadero y repugnante estorbo, por lo que es abandonado por completo y muere por inanición y a causa de las heridas infligidas por su progenitor. La familia supera rápidamente el trance, hasta con un dejo de íntima satisfacción.

Conclusión

La Metamorfosis está cargada de opresión y angustia de un ser sensible como Kafka sometido a las atrocidades con que hizo su presentación el siglo XX. Existencialista, expresionista y surrealista, su obra es reflejo de un hombre y su sociedad, conformada por tres capítulos en los que se entremezcla realidad y ficción. Esta conclusión no es una crítica literaria ni humana sobre la obra sino el esbozo somero sobre las características que la han convertido en un clásico de la literatura universal. Qué sentido tiene la obra, qué buscó el autor con ella, puede resumirse en algo más de ¡ciento sesenta! respuestas diferentes (Corngold las reúne en su libro The Commentator´s Despair). Esto es habitual porque el hombre siempre busca las claves de un mensaje metafórico, sobremanera moralizador, que tal vez sólo exista en la mente del buscador. Hay que admitir, sin embargo, que la metáfora, si la hay, refiere a los males de una sociedad que perdura. El hombre convertido en insecto, no aceptado por la sociedad y la actitud de querer morir ante esta situación, ante la inaceptación social; la soledad, el abandono familiar, las responsabilidades antes que la propia salud, el trabajo antes que la vida, la despersonalización del ser, la mediocridad de la existencia humana, la insensibilidad de la burocracia, la angustia, la culpa (antagónico al relativismo moral del que va hablar un tiempo después Freud), etc. Subyace, también, su relación con el padre, el autoritarismo y el desprecio. Lo cierto es que la obra toda (así debe estudiarse al autor checo) de Kafka es marca registrada de clásico, al punto de convertirse en adjetivo calificativo (kafkiano se homonima con angustioso, tortuoso).

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