El malestar de garganta es una de las patologías más tratadas por el personal médico de todo el mundo. En general se presenta como un síntoma muy incómodo que cursa con dolor, ardor, picor, y problemas para deglutir. Su etiología es multifactorial, es decir que puede deberse a diferentes causas o factores.
Principales causas de este malestar:
- Enfermedades causadas por virus: gripe, resfríos, viruela, sarampión, entre otras. Es frecuente en personas de todas las edades, aunque el grupo de mayor prevalencia suele ser niños en y personas inmunosuprimidas.
- Enfermedades causadas por bacterias: la más común suele ser por estafilococos.
- Mononucleosis: es una infección de tipo viral, donde el dolor de garganta es el síntoma cardinal que puede extenderse en el tiempo hasta cuatro semanas en los cuadros más agresivos. Este se trasmite a través de la saliva y se denomina la enfermedad del beso. El grupo más vulnerable es la población joven por su forma de contagio.
- Alergias: sobre todo en la época primaveral.
- Calefacción de calor seco: como acondicionadores de aire frío-calor, donde el calor seca el aire que respiramos y por consiguiente la garganta, en su parte más externa.
- Amigdalitis: inflamación de las amígdalas, ya sea por virus o bacterias.
- Respirar aire contaminado
- Exponerse a temperaturas muy bajas: sobre todo al estar muy expuesta la zona de la garganta.
- Respirar por la boca: muchas personas que por distintos motivos respiran por la boca suelen referir dolor intenso y molestias al tragar.
- Forzar la voz de manera excesiva: ese esfuerzo irrita la mucosa de la garganta con lo cual el síntoma obvio será el dolor y la inflamación, sobre todo de la faringe.
- Reflujo gastro-esofágico: es el retorno del contenido del estómago al esófago, que muchas veces llega a la garganta y a la boca. Este contenido tiene una alta acidez y erosiona la mucosa de esta área, produciendo ardor y un dolor pirósico muy importante.
Las posibles soluciones o tratamientos para la molestia de garganta pueden ser:
- Aumentar la ingesta de líquidos.
- No beber líquidos a temperaturas extremas: ni fríos (porque contrae y muchas veces llega a doler más), ni tampoco calientes (porque dilatan el epitelio y producen mayor inflamación).
- No fumar
- No hablar demasiado: sobre todo en la fase aguda del síntoma.
- Ingerir miel: suaviza la zona notablemente.
Aunque estos consejos son muy efectivos, lo mejor es acudir al médico en primera instancia, y seguir sus indicaciones al pie de la letra para mejorar prontamente.

Soy licenciada en nutrición con master en alimentación natural y macrobiótica. Colaboro en diversos medios impresos para educación social alimentaria y prevención de la desnutrición. Además escribo sobre estética y ciertos temas de interés médico asistencial, mi segunda gran pasión! Soy fanática de los delfines y ballenas.