¿Cómo reconocer un acoso laboral? señales y características para identificarlo

¿Cómo reconocer un acoso laboral?

El vínculo laboral es conflictivo. La gran diferencia situacional entre empleador y empleado y el enorme desequilibrio de fuerzas entre ambos ha determinado que el abuso de poder (aparentemente una tendencia humana, no por ello aceptable) sea moneda corriente a lo largo de la historia.

Cada país o región autodefine ese vínculo de manera particular; incluso cada nicho laboral genera una vinculación especial. Basta pensar en países con altos índices de desempleo y poca cobertura asistencial, o en tareas (vinculadas a la informática, por ejemplo) más requeridas que otras. En definitiva la relación laboral no escapa, en principio, a la ley de oferta y demanda. Los Estados han intervenido directamente sobre esa vinculación y especialmente a partir de mitad del siglo pasado a favor del empleado, consagrando invaluables e innumerables legislaciónes al respecto. La década del noventa resultó un paréntesis nefasto por la flexibilización y precarización laboral a escala mundial. Una de las materializaciones del abuso de poder, es el acoso laboral.

Si buscamos cómo reconocer un acoso laboral debemos comprender que tiene múltiples variables. El acoso laboral, según la OIT (utilizamos esta definición para evitar la cita de doctrina local), es la acción negativa de uno o más individuos destinada a producir terror, depresión, miedo o desvalorización psicológica sobre un compañero de trabajo (acoso horizontal), sobre un subordinado (acoso vertical descendente) o sobre un superior (vertical ascendente), de manera permanente, recurrente, extendida en el tiempo. Es también conocido como MOBBING, en inglés.

¿Cómo reconocer un acoso laboral?

Según estadísticas mundiales el acoso laboral se da con más frecuencia en empleados públicos, docentes, trabajadores de la salud y de hotelería principalmente. Las mujeres y los jóvenes son los grupos más afectados por esta enfermedad social que ataca al 15% de la población laboral activa mundial.

Pautas de reconocimiento de mobbing sobre la propia persona:

  1. La persona es víctima permanente de insultos e improperios, especialmente delante de otros empleados.
  2. Se le retiran responsabilidades sin motivos aparentes y sin fundamento.
  3. Se carga a la persona con exceso de tarea sin justificación y sin equidad con el resto.
  4. Se le propinan recurrentes amenazas de despido o sanciones.
  5. Se le asignan tareas de imposible cumplimiento.
  6. Se lo estigmatiza negativamente frente al resto.
  7. Aislamiento e ignorancia.
  8. Se descalifica a la persona o sus tareas.
  9. Se le sustraen u ocultan elementos de trabajo.
  10. Se invade su privacidad.

 

Estas son algunas pautas sobre cómo reconocer un acoso laboral, pero nuestros hijos pueden ser víctimas y, por inexperiencia o temor, no manifestarlo. Por ello creemos que hay que analizar su conducta para detectar un posible mobbing sobre ellos.

  1. Actitudes o manifestaciones de desvalorización personal.
  2. Falta de confianza en general.
  3. Estrés, angustia, ansiedad, depresión, irritabilidad.
  4. Ausentismo recurrente.
  5. Culpabilidad.
  6. Somatización.

Podríamos detenernos en describir contextos necesarios para que se desarrollen estas patologías, la incidencia de los medios y la cultura, etc. Pero nos centramos en brindar pautas de cómo reconocer un acoso laboral porque creemos que es muy importante superar el miedo a perder el trabajo, a quedar “marcados” para una próxima búsqueda.

 

Una vez que analizamos los datos de cómo reconocer un acoso laboral y nos damos cuenta, aún sin estar seguros que podríamos ser víctimas, debemos realizar una consulta con un abogado laboralista

 

¿Por qué?: porque, (y vamos a describir sucintamente porque nos resulta esencial comprender los caracteres del hostigador y de la víctima), en primer lugar el acosador acciona por miedo, inseguridad o hasta por una psicopatía; pero lo más importante es que según muchos estudios la víctima es una persona exitosa, inteligente, socialmente triunfadora, físicamente atractiva y, generalmente en la mayoría de los casos, laboralmente super-eficientes, honradas, (tal vez inexpertas o ingenuas por su condición –juventud, vulnerabilidad, etc). Nos resulta palmario dado que la desvalorización de la víctima no es real y tendría muchas chances de conseguir empleo fácilmente.

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