Melquíades utiliza su magia para regresar de la muerte y entregar los pergaminos a Aureliano Buendía, quien, luego de estudiar sánscrito, logra descifrarlos y conocer las profecías del alquimista sobre su futuro. García Márquez, al escribir este pasaje de Cien años de soledad, sabía, seguramente, que en lengua sánscrita magia (maga) significa ilusión. La magia lleva ínsitu la ilusión; axioma irracional, ingenuidad e ignorancia, en principio –pensamiento mágico, mitológico-; racionalidad, conocimiento, arte y engaño, luego. Nace el ilusionismo; comienza la historia de la magia con ilusionismo.
Difícil determinar con exactitud el punto de partida de la historia de la magia con ilusionismo, entendida, ésta, como expresión artística. La maga, en su acepción oscurantista, esotérica –y su amplia gamacromática-, la podemos rastrear hasta la antigua Babilonia y la Grecia arcaica; pero la magia como sinónimo de entretenimiento también tiene data muy lejana. Se cree que el primer truco documentado se encuentra en la pared de una cámara mortuoria egipcia, de más de 3500 años de antigüedad. Otros datos científicos (papiro de Westcar) aportan a ubicar el nacimiento de esta disciplina en aquella civilización milenaria.
Se repetirán datos concretos de la existencia de la magia con ilusionismo durante todo el transcurso de la baja y alta edad media, aunque esporádicos. Los trucos se centrarán en el escamoteo, en la desaparición de objetos simples, para embaucar a incautos y crédulos. La magia perderá la ilusión durante el bache oscuro de la inquisición, se la asociará a la brujería y se la perseguirá sin tregua. La recuperará poco a poco.De la mano de Merlín y las “fabulosas” historias orientales, se sucederán los espectáculos ambulantes y las presentaciones en ferias y fiestas. Los trucos se tornan complejos ante un público exigente, que ya está dispuesto a pagar por el espectáculo.
Un hito en la historia de la magia
Un hito de la época lo constituye un carterista francés devenido artista de varieté, que sentó las bases y formó escuela: el famoso Maestro Gonin. La demanda crece y se acomodan asientos, se construyen gradas, se alquilan teatros. Las entradas se venden para ver el antecedente del circo moderno; una serie de atracciones, entre ellas, la magia. Instrumentos de falso fondo, vestuario estridente -rayano al mal gusto-, y excesivo histrionismo, se muestran desde los tablones de teatros especialmente construidos en toda Europa y América. La magia con ilusionismo ya es una revolución que deja interesantes dividendos, pero que aún le falta recibir el empujón final hacia su cenit. Jean Eugene Robert Houdin, relojero francés es quien, con sus trucos (el primero en hacer el atrapamiento de una bala con los dientes) y sus autómatas, revoluciona el ilusionismo en su totalidad. Houdin cambió la estética, la técnica –utilizó el imán-, y aportó trucos históricos como el árbol de naranjas. De allí que reciba el título de padre de la magia moderna (ver también El primer ilusionista de la historia).
La historia de la magia con ilusión está en pleno desarrollo; paradójicamente, en sociedades donde el pensamiento mágico está casi extinto.
La historia de la magia con ilusionismo se detiene nuevamente en la vida de un trapecista húngaro pobre, que llegó a Estados Unidos con el único objetivo de ayudar a su familia y que se convirtió en un verdadero fenómeno: Erich Weiss; o Harry Houdini (un estudioso voraz de la historia de la magia, maestro del escapismo y cuyo nombre lo eligió en homenaje al citado mago francés Houdin).
Las postrimerías del siglo XIX y comienzos del XX marcan el apogeo, la edad dorada de la magia con ilusionismo; Blackstone, Fú Manchú, Vernon y tantos otros que brindaron espectáculos de alto nivel y amplia convocatoria.
Henning, Daniels, Coperfield, y una lista grande de artistas marcan el nuevo horizonte, caracterizado por las megaproducciones y la utilización de alta tecnología.

En mi vida probé muchísimos deportes, y hoy conservo aquellas actividades y hobbies que se realizan al aire libre. Mi otra pasión es viajar: conocer lugares exóticos del mundo y escribir bitácoras de mis vivencias. Disfruto de la fotografía y la geografía, así que cuando me surge un viaje, nunca lo dudo. Estas son mis experiencias.



2 respuestas
Puede una persona de buen corazón, espiritual, detener el tiempo, es decir congelar brevemente a las personas dentro de un escenario escolar o deportivo con motivos justos? Esto me dio la impresión q se pudo realizar para meter un gol, para ganar una carrera de atletismo deportivo o para vengarse de un tipo que lo molestaba a uno dentro del seminario de la orden de san Agustín en el año de 1986.
Hola Juan. Compleja tu pregunta. Pero esto que voy a agregar a la trama me parece importante:
Antes de pensar en detener el tiempo, pensemos en qué es el tiempo. Acudiendo rápidamente a los grandes filósofos que se plantearon estas cuestiones a temprana edad de la humanidad, encontramos que Aristóteles encontró una definición que nos acompaña hasta hoy día: «el tiempo es el número del movimiento según el antes y el después.» Número sólo en el sentido de lo «numerable» o «cuantificable», y entre el antes y el después para poder señalar un «ahora». Aristóteles obtiene una conclusión: el tiempo no es la suma de los «ahoras», porque para esto un «ahora» debería tener una cantidad de tiempo, pero no la tiene, es sencillamente una seguidilla continúa, infinita, de momentos. El ahora no tiene duración, y por eso el tiempo no es la suma de los ahoras (porque sería cero más cero más cero igual a cero). Rápidamente alcanzando conclusiones en esta respuesta, te acerco que el tiempo debe ser inevitablemente continuo, dice Aristóteles; un «todo», y sólo el hombre que lo contempla, gracias al movimiento o cambio de las cosas de un «ahora» a otro, es que le da vida o entidad, pues de otra manera no existe el tiempo como tal.
Descartando entonces que alguien pueda detener lo que no existe más allá de la consciencia humana, nos queda preguntarnos si alguien puede, con su pensamiento nada más, paralizar la voluntad de individuos que se encuentren alrededor, confundirlos o bien ponerles la mente en blanco durante unos instantes. En mi humilde opinión, la mente humana es capaz de mucho más de lo que creemos, y en mi experiencia personal conozco gente que alguna vez en su vida ha hecho cosas muy raras con su cabecita (como abrir un cajón, apagar un equipo de música, o que se caigan todos los libros de los estantes, todo esto en situaciones de estrés y agresión).
Ver para creer, querido amigo.
Un abrazo grande, y lo dejo porque el tiempo apremia 🙂