Al momento de tener que vender alguna propiedad o lote surge la necesidad de saber, conocer e identificar cuáles son los puntos fuertes y los débiles de un terreno o espacio habitable. ¿De qué variables me aferro? ¿Cómo tasar un inmueble?
A la hora de fijar el justo valor de un inmueble, sí, aparecen las contradicciones, y esta polarización de los precios vigentes sin dudas complican irremediablemente la operación a realizar.
Para tasar una propiedad se tienen en cuenta los siguientes factores:
- Ubicación o localización: el barrio, el acceso a los transportes públicos, la cercanía a avenidas importantes, comercios, emprendimientos, shoppings, locales gastronómicos y/o a distintos servicios públicos sin duda sube el valor del metro cuadrado en el mercado.
- Metraje: la cantidad de metros tanto cubiertos como descubiertos es una variable directamente proporcional, ya que cuanto más amplio sea el espacio, mayor potencial de comodidad presenta, y eso impacta de lleno en el costo final.
- Orientación: hay orientaciones más buscadas en el mercado, y están relacionadas al ingreso de luz; por lo general, se buscan aquellas en las que el sol dé por la mañana, porque suele ser más fresco para los días de verano (las tardes poseen una luz de mayor intensidad calórica), pero este punto no es tan determinante como los dos ítems anteriores.
- Antigüedad: en relación al confort de la habitabilidad, ya que los lugares muy deteriorados valen menos en función del dinero que debe ser invertido posteriormente para su puesta a punto tanto en apariencia general como en la practicidad de las instalaciones (mesadas fijas, cableado, ubicación y tipo de luces, muebles fijos, etc.); no obstante, si el estado de un inmueble no es tan malo, hasta podemos utilizarlo a nuestro favor: hoy en día existe una tendencia a buscar casas antiguas para reciclar, ya que la nobleza de los materiales y su contundencia (insonoridad, capacidad de hacerle frente a altas y bajas temperaturas) muchas veces las vuelen superiores a las viviendas actuales.
- Calidad de construcción: Es esencial a la hora de tasar una vivienda, ya que los materiales buenos garantizan cierta acústica y aislación tanto al frío como al calor. Las casas antiguas suelen tener excelente calidad, son ideales para reciclar, con la confianza de que estamos sobre bases firmes. Quien escribe ama personalmente este tipo de viviendas: sus techos en doble altura, la anchura de sus paredes, los cielos rasos abovedados, las guardas de mampostería, etc.
Respecto a valores de tasación, existen patrones de referencia preestablecidos por barrio, con un precio base por metro cuadrado y teniendo en cuenta los puntos mencionados, permiten establecer un precio final, bastante certero; no todo los tasadores darán el mismo valor exactamente, pero si cercano.
Cabe aclarar que una vivienda hipotecada no se tasa de igual manera que una libre de hipoteca, o donde pese una sucesión o impuestos evadidos durante años.
Si están planeando vender su hogar, asesórense, consulten con un agente de bienes raíces de confianza, ellos evacuaran sus dudas, junto a los profesionales del equipo de trabajo.
Y recuerden lo sentimental no se cuantifica en la tasación… para cada uno, por el valor emotivo que le asignamos nuestra casa siempre debería valer más de lo que dicen los números, tengámoslo en cuenta para no decepcionarnos al toparnos con el valor real de mercado.
Nací en Buenos Aires. Fue el 10 de noviembre del año 36 del siglo XX. Ese día murió José Hernández, curiosa circunstancia: la tradición ha acompañado mi vida.
Mi padre fue Noé Humberto Quiroga, un ingeniero que pavimentó, a diestra y siniestra, muchos caminos de la querida patria. Mi madre fue Angélica, un ángel simple, que enfermó cuando me ausenté de su lado para estudiar derecho en la ciudad capitalina. Lavié fue su apellido: no dejes de usar el apellido de tu madre pues a ella le debes la vida.
Es por eso que me conocen como Humberto Quiroga Lavié.