De la mano de la nanotecnología y de los productos sintéticos, el hombre ha comenzado a realizar pruebas de prototipos de las llamadas “telas inteligentes”.
Se entiende por géneros, materiales o telas inteligentes a aquellos materiales no sólo superiores en calidad, sino, principalmente, en funcionalidad, de tal modo que sean capaces de descifrar ciertas condiciones y —por medio de diferentes mecanismos preprogramados— generar una reacción, mejorando la situación original y brindando mayor confort de manera dinámica.
¿Qué podemos esperar de una tela inteligente?
- Que pueda modificar su estructura para aumentar o disminuir la temperatura corporal del usuario en reacción dinámica tanto con el clima exterior como con las variaciones propias de la temperatura corporal del individuo (por ejemplo, si el usuario se encuentra sentado, su temperatura descenderá, pero si comienza a moverse o ejercitarse, la temperatura trepará. Lo mismo con los cambios de un ambiente interior vs. la intemperie, y viceversa).
- Que pueda ajustar dinámicamente la elasticidad y tensión de una prenda entera, adaptándose “inteligentemente” a la anatomía propia de cada persona, y a sus movimientos en tiempo real (no debería haber tensión excesiva en ningún momento, el tipo de tensiones que desgarran las telas convencionales).
- Que pueda repeler manchas de aceite, ácido, polvo, incluso autolimpiándose con el paso de minutos y horas.
- Que contenga elementos defensivos antibacterianos de modo que el usuario no desarrolle los hedores típicos de la sudoración.
- Que resulte en extremo liviana y suave, como una segunda piel.
- Que arrugas, roturas y deformaciones no entren en su diccionario.
¿Se imaginan telas capaces de cambiar de color, o que puedan monitorear el ritmo respiratorio, o la frecuencia cardíaca del usuario para posibilitar un tratamiento precoz?… Pues todo esto e incluso mucho más es lo que ensayos preliminares vislumbran para los tiempos venideros.
La ropa ocupa un lugar fundamental en la vida de las personas, y los especialistas coinciden en que prontamente dispondremos de prendas con un nivel de funcionalidad supremo, que nos llevará a un confort absoluto, perfecto, un bienestar en “el vestir” en tan sólo segundos o un par de minutos de contacto con nuestra piel.
Pruebas prometedoras
Actualmente ya se han realizando numerosas pruebas prometedoras; de hecho existen indumentarias “modelos” que presentan los hallazgos de la biotecnología aplicada, capaces de cerrar o abrir la trama del tejido en base a la temperatura corporal y humedad del que la viste.
En Israel, la industria textil se encuentra a punto de lanzar al mercado atuendos capaces de absorber o liberar calor en compensación con la temperatura exterior.
La inventiva es creciente, y las expectativas exponenciales, tanto que podemos imaginar ropa con chips que puedan hablar de manera robotizada, géneros con micro-paneles solares, estampados cambiantes y más!
Próximamente habrá más noticias, y desde infotopo los mantendremos al tanto de estos materiales revolucionarios actualizando la información. No se pierdan de vista!
Ratona de biblioteca, trabajo de correctora part-time para varios sellos editoriales. Cuanto cae en mis manos lo leo, desde un libro hasta la etiqueta del shampoo! 😛 (y por ahora no uso anteojos!)
2 comentarios
Muy buena información. Me gustaría que me enviaras más información detallada. Soy profesora en una universidad y estos temas son muy importantes para divulgarlos con los alumnos de ingeniería textil.
Hola Olga. Gracias por el comentario. Voy a ver si consigo más información (en castellano) para enviártela a tu correo. Besos.