¿Cómo hacer un jardín zen? Espacios con armonía

¿Cómo hacer un jardín zen?

«Zen» significa, literalmente, meditación, pero supone una filosofía de vida basada en la cultura budista de hace cientos de años atrás, que intenta una apertura de conciencia al universo con el fin de lograr la armonía y la canalización de una energía apacible y armónica.

Un jardín zen no se parece a ningún otro, porque es un espacio destinado a la meditación, que, remitiéndose al budismo, intenta recrear un espacio de vitalidad y sosiego propicios para, justamente, «meditar». O, si lo prefieren, invitando a la introspección, a serenarse, a encontrarse con uno mismo.

El espacio zen puede llevarse a cabo tanto en el interior como en el exterior, y, créanme, no es tan importante la envergadura del espacio, pues lo verdaderamente substancial es que a través de éste se pueda representar simplicidad, fluidez y energía.

Elementos zen

Para poder realizar este proyecto, se requerirán diversos materiales, pero fundamentalmente son comunes los siguientes:

  1. piedras
  2. articulaciones o variaciones de altura en el terreno (lomas, desniveles, rocas grandes)
  3. arena blanca
  4. madera
  5. grava
  6. cañas o bambú
  7. grandes vasijas cerámicas
  8. plantas y hierbas
  9. colores claros e iluminación sutil
  10. estanque, fuente de agua, mini-cascada o símil

Procedimiento

  1. Se debe hallar el espacio y debe limpiarse y preparase, dejándolo limpio y despejado para poder luego interactuar con él y su decoración libremente.
  2. Esparcir arena blanca de una granulometría fina, y con la ayuda de un rastrillo realizar una marcación a gusto (jugando con la arena hasta dar con un diseño que nos refleje o nos parezca interesante) teniendo en cuenta que las ondas simulan las aguas agitadas, y las líneas recta las aguas calmas.
  3. Delimitar con piedras en los bordes. Éstas deben ser de un número impar, pues allí se encuentra la belleza de lo no simétrico, ya que se asocia más a lo natural. Se debe buscar el mejor lado, como dicen en la cultura zen «hallar la cara feliz de las rocas»; se puede colocar una fuente como variante opcional, porque el sonido del agua ayuda a la introspección; pero deben saber que un jardín zen original es construido a través de materiales secos.
  4. Las plantas también formarán parte del entorno: verdes puras o con flores, arbustos que aportan el elemento vivo y su aroma. Por ejemplo, helechos, hortensias, o las que ustedes prefieran, dispuestas en jarrones de cerámica de diferentes portes.
  5. Se pueden disponer velas, faroles e, inclusive, en las versiones más modernas, luz eléctrica baja, no estridente, para poder disfrutar de noche, sin perder ese clima zen que invita a la reflexión.
  6. Se pueden colocar almohadones con telas claras e, inclusive, sillones de líneas simples con géneros nobles, en tonos arena para que atrapen la luz y den esa sensación de calidez envolvente que lo caracteriza.

Al contemplar un patio zen, y mucho más al vivirlo, éste nos trasmite fuerza interior, creación, belleza, tolerancia, humildad y una infinita energía blanca que nos ilumina por completo y nos permite entregarnos a la meditación más sanadora y absoluta. Y una vez que este espacio se encuentra creado, nada nos impedirá meditar y mantener momentos íntimos de paz y serenidad, tan necesarios en los tiempos que corren.

2 respuestas

  1. Hola! Me interesaron y gustaron los consejos sobre un jardín zen. Muchas gracias! Espero pronto tener y vivir mi propio espacio como este que estoy imaginando y ya disfrutando. Saludos felices…!

    1. Gracias Mariela por tus deseos y por tan lindo comentario. Espero que pronto puedas disfrutar a pleno ese espacio tan esencial que estás imaginando. Besotes. Eli.

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