Aunque es común en el lenguaje coloquial utilizarlos como sinónimos, en realidad sí existen diferencias entre tener sobrepeso y la obesidad, y hasta puede aseverarse que sus consecuencias a nivel de la salud las distancian muchísimo una de otra.
El sobrepeso es el aumento del peso corporal en aproximadamente un 10-12% respecto al que la persona debería tener en base a su altura y edad; en cambio, la obesidad es el aumento del peso corporal en más de un 20% del que se considera normal.
Si bien esta relación remite una apreciación muy general y poco precisa, el fin es personalizar vía método «antropométrico«, que permite evaluar, de manera simple y universalmente preestablecida, si una persona posee un peso normal o presenta algún grado de sobrepeso u obesidad; este método se denomina Índice de masa corporal (IMC), y permite relacionar el peso de un individuo (medido en kilogramos) con su talla (medida en metros cuadrados):
IMC = peso {Kg} / talla {m2}
A través de esta relación se obtendrá un resultado, y de acuerdo al rango que abarque éste, nos brindará una idea certera del estado en que se encuentra el peso corporal de esa persona, a saber:
IMC PESO
18.5 – 24.9 Peso normal
25 – 29,9 Sobrepeso
30 – 34,9 Obesidad
35 – 39,9 Obesidad grave
Mayor a 40 Obesidad mórbida
Tanto el sobrepeso como la obesidad implican un riesgo para la salud, pero, por supuesto, cuanto más alto es el porcentaje de exceso, mayor será el grado de compromiso del paciente, y más grande la posibilidad de que se asocie a otras enfermedades como:
- problemas cardio-respiratorios
- hipertensión arterial
- diabetes
- dislipemias
- apnea del sueño
- trastornos en los huesos y articulaciones, sobre todo de tobillo y rodilla
- dificultad para trasladarse
Y, además, a estos trastornos físicos hay que agregarles los problemas psicológicos, como:
- baja autoestima
- depresión
- aislamiento y soledad
- discriminación (que provoca que la persona desarrolle sentimientos negativos a sí misma, muchas veces derivando, de manera contradictoria, en ingestas cada vez más grandes, perpetuando así ese ciclo no saludable).
Reflexiones y conclusiones finales
Lamentablemente, hoy día resulta moneda frecuente asociar la delgadez con el éxito y la belleza, y, por oposición, el sobrepeso y la obesidad aparecen como sinónimo de fracaso, abandono, desaseo, estupidez, torpeza. Muchos individuos desean y procuran ser delgadas a cualquier precio, por el único hecho de «verse bien»; parece lógico: todos queremos vernos atractivos, y que los demás perciban algo bonito cuando nos miran, pero lo que debemos priorizar es nuestra salud; lograr normalizar el peso, para estar más sanos y vitales. La belleza viene del alma, de la personalidad, de la honestidad y el amor por nuestro cuerpo, por los demás, y por la vida misma.
Y, por favor, tengan en cuenta (y enseñen al resto) que la discriminación lastima, trastoca, angustia a las personas. Separar es castigar a un semejante, humillarlo, una acción cruel que empuja al obeso a sumergirse aún más en su enfermedad; por eso, pensemos unos minutos y tendámosle la mano, nuestros oídos y nuestra ayuda. Créanme que será un mundo nuevo para el afligido.

Soy licenciada en nutrición con master en alimentación natural y macrobiótica. Colaboro en diversos medios impresos para educación social alimentaria y prevención de la desnutrición. Además escribo sobre estética y ciertos temas de interés médico asistencial, mi segunda gran pasión! Soy fanática de los delfines y ballenas.