¿Cómo funciona la fisioterapia? ¿Cómo saca el dolor?

El uso combinado de diferentes tratamientos, adecuados a cada paciente y sus dolores específicos, comprende el verdadero conocimiento de cómo funciona la fisioterapia y del éxito que logra. Abordando al individuo de manera integral, partiendo de la regla de oro donde cada uno de nosotros es un ser único, diferente, y que todo tratamiento debe adaptarse a su estado y sus necesidades actuales, es la piedra fundacional de todo tratamiento fisioterapéutico. La proyección: el entrenamiento y mejora de las capacidades del paciente en un plazo variable de tiempo.

Cómo «sacar» el dolor con fisioterapia

La fisioterapia es una técnica que brinda un tipo de terapia paliativa, no farmacológica, con el fin de aliviar síntomas, revertir secuelas y disminuir dolencias y/o alteraciones. Su objetivo es alcanzar la recuperación de las funciones normales del cuerpo, mejorando de manera perceptible la calidad de vida. El fisioterapeuta es un profesional capacitado en técnicas eficaces de carácter científico; a través de la aplicación del razonamiento clínico, el fisioterapeuta ayuda y entrena al paciente en el proceso curativo de tal modo que éste incorpore el tratamiento como orden de vida, y logre evolucionar paulatinamente.

No existe una, sino distintos tipos de fisioterapia, donde cada metodología se adecuará a disfunciones específicas. Por ejemplo, podemos distinguir entre los tratamientos de fisioterapia para la respiración de los métodos de fisioterapia con ultrasonido, más empleada para dolores puntuales. Sin embargo, las prácticas pueden complementarse, porque es a través de estrategias terapéuticas conjuntas que se consigue alcanzar la mayor recuperación del paciente.

La fisioterapia, un gran aliado

La conexión entre el profesional y el paciente es trascendental para lograr la curación

La fisioterapia interviene, también, como un ayudante de diferentes disciplinas médicas: psíquica, farmacológica, tratamientos quirúrgicos, entre otras.
Por supuesto, la ciencia no es magia. No hay cura de la noche a la mañana; es la perseverancia, la fortaleza y la dedicación los medios a través de los cuales llegan los resultados, y cuando llegan, hacen una gran diferencia.

Personalmente, considero que la fisioterapia va mas allá de la aplicación de técnicas con respaldo científico, o de ejercicios fisioterapéuticos específicos. Cuando se logra establecer una verdadera conexión profesional-paciente, los cambios pueden ser transformadores de verdad. Menciono esto porque suele suceder que las personas, al inicio de una fisioterapia, se encuentran escépticas, negadas a un tratamiento prolongado, ya que el grado de alteración es tal que, al padecer el espíritu de lucha, la voluntad queda adormecida. Es entonces cuando un fisioterapeuta, amante de su obrar, puede establecer, paso a paso, un vínculo tan fuerte con el paciente que el lazo logra despertar el instinto recíproco de superación. No debemos rendirnos jamás, pero, si esto sucede, debe confiarse en el tiempo, en el trabajo en equipo, y en las rutinas indicadas, pues el paso más importante ya se ha dado. La convicción de querer, ¡es poder! Y tenemos más poder del que imaginamos.

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