El envejecimiento prematuro y cómo evitarlo

el envejecimiento prematuro y como prevenirlo

Las causas del envejecimiento prematuro, y cómo evitarlo, es uno de los enigmas que a las sociedades modernas más le preocupa, y que a muchos de nosotros nos desespera de verdad… Pero, ¡calma! Existe la fórmula, no de la juventud eterna, pero sí de la manera de impedir que el deterioro llegue tempranamente. Y, a continuación, les revelaremos la manera de lograrlo.

¿Por qué envejecemos? ¿Cómo frenarlo?

El envejecimiento es un proceso biológico natural. Ocurre a medida que nuestro organismo va madurando, y, lamentablemente, es imposible que el tiempo no deje sus huellas en nosotros a su paso inexorable. El desgaste, los excesos, las enfermedades, las angustias son factores de envejecimiento. Incluso el oxígeno del aire nos envejece (de allí los «antioxidantes«, ¿les suena?). Nuestro ADN lleva inscripto el envejecimiento, y puede pensarse como un factor de renovación de la naturaleza misma. Pero en este panorama algo desolador existe una luz al final del túnel: podemos lograr que las señales de longevidad no nos sorprendan precozmente. ¿Que cómo? Bueno, presta atención a las siguientes estrategias, y toma nota.

11 factores a tener en cuenta para detener el envejecimiento

  1. Alimentarse saludablemente: por supuesto, a través de una nutrición suficiente, equilibrada y perfectamente adaptada a cada persona, alargamos nuestra vida. Mantener una dieta con bajo contenido en grasas saturadas, alejándonos de los aceites calentados a altas temperaturas o reutilizados (estas grasas hidrogenadas son dañinas para el sistema cardiovascular). No menos importante, incorporar omega-3 (pescados, huevos, nueces, tofu, repollo, miso, entre otros) y buenas raciones de frutas y verduras, sobre todo de hojas verdes.
  2. Realizar actividad física aeróbica de manera regular: no menos de tres veces por semana. Si no te gusta el deporte, sal a caminar media hora al menos cinco veces por semana, a paso rápido y mantenido. Si no te gusta caminar tampoco, consigue una bicicleta fija y pedalea el mismo tiempo sugerido para la caminata. Si te has quedado sin imaginación, lee sobre estas actividades deportivas para toda edad.
  3. Dormir en lo posible no menos de 8 horas por día: si dormimos menos de ocho horas, nuestro sistema se va deteriorando de manera acumulativa. Incluso, se segregan sustancias dañinas que van contaminando nuestro organismo. La apoteosis de este mal es el insomnio, que con el tiempo induce a enfermedades de todo tipo. Recuerda: es durante el sueño que nuestro cuerpo se recupera, se cura, repara órganos y recupera fuerzas.
  4. Mantener un peso saludable: el sobrepeso, y su hermana mayor, la obesidad, traen riesgos asociados (entre ellos cardíacos), que van malogrando todo el organismo a paso acelerado. Vivir «cargados» de carnes grasas es una exigencia constante para nuestro cuerpo, y en especial para nuestro corazón. Si a esto sumamos la acumulación de grasas en venas y arterias, entendemos por qué se incrementa la posibilidad de infartos. Si te decides a bajar de peso sanamente, tu cuerpo entero te lo agradecerá.
  5. Abandonar el hábito de fumar: el tabaco induce a la formación de radicales libres, compuestos inestables que van deteriorando las células en forma de cascada en la búsqueda de su estabilización iónica.
  6. Limitar el consumo de bebidas alcohólicas: el alcohol, entre otros males, incita a la producción de triglicéridos (que producen el mismo daño que el colesterol). El hígado graso es una de las consecuencias aparejadas con el consumo de bebidas alcohólicas. Pero si eres bebedor, cambia cerveza o bebidas blancas por vino tinto de la mejor calidad que puedas pagar. El vino tinto, al menos, contiene resveratrol (un potente antioxidante que incluso se comercializa en comprimidos).
  7. No exponerse de manera excesiva al sol, y utilizar siempre bloqueador solar con factor de protección igual o mayor a 70: incluso durante el invierno, ese sol que no broncea produce el mismo daño que durante el verano. En otras palabras, la exposición directa al sol envejece las células de tu dermis provocando arrugas prematuras, produce manchas en la piel (sobre todo en el rostro) y contrae riesgo de cáncer de piel.
  8. Beber abundante agua: ni bien te despiertas, un vaso de agua activa el funcionamiento de tus órganos y reduce el riesgo de infarto. Durante el día, te mantiene hidratado, facilitando todos los procesos internos de tu organismo. Procura beber agua espaciadamente durante el día, y al menos 2 litros diarios (pero no más de cuatro litros, pues resultaría en un exceso de agua que comenzaría, como todos los excesos, a resultar dañina). Y dije agua, no infusiones ni gaseosas ni líquidos edulcorados. Agua pura, inodora, incolora e insípida.
  9. Cuidar la piel con cremas nutritivas e hidratantes: una piel hidratada resiste mejor los agentes climáticos, el sol y la oxigenación. Y una piel bien nutrida tiene mejores defensas y capacidad de autoregenerarse, además de lucir más sana y resplandeciente.
  10. Reducir el estrés: el estrés produce cansancio, agotamiento, y vejez prematura. ¿Cómo reducir el estrés? Con deporte, con caminatas, con música, con libros, con momentos de silencio observando el horizonte (o lo que puedas ver a través de tus ventanas). Prueba meditación, yoga, reiki, masajes, caricias. Una buena ducha caliente, consciente y mantenida relajará tu cuerpo, revitalizándolo. También hay hierbas, como el tilo, el ginseng y la valeriana, que aportan sustancias naturales que reducen los nervios y la ansiedad propias del estrés.
  11. Escaparle al enojo: un rostro que muestra enfado es imposible de disimular. El ceño fruncido, el rictus de los labios, la expresión de las cejas y de los ojos. No solamente es desagradable, sino que todos esos músculos tironeando tu piel profundizan las líneas de expresión. Eso se traduce en arrugas en el rostro.

Mantenerse joven y prolongar el tiempo de vida es, en esencia, llevar adelante un estilo de vida saludable. Procurar una actitud positiva, buscar reír y sonreír, tejer momentos felices con un familiar o mejor amigo (ojo, puede ser con un desconocido, muchas veces) y realizar pasatiempos que equilibren la rutina son todas maneras de producir más endorfinas. Y las endorfinas, las mismas que se generan con el placer de esa música que tanto nos gusta, mejora nuestro organismo en todos los sentidos. Ciertamente, cuanto mejor nos sentimos, más ganas de vivir a plenitud tenemos, y de seguro el envejecimiento se tomará más tiempo para tocar a nuestra puerta.

No lo duden: vivir más y mejor está al alcance de sus manos. Si siguen estos consejitos, ya no necesitarán buscar la mítica Fuente de la Juventud por todos lados. La verdadera vitalidad se demuestra según la manera en que tomamos la vida, y cómo llevamos los años y hechos que la vida nos depara.

Seamos inteligentes. Y seamos conscientes. La vejez es parte de la vida, así que, a no obsesionarse puesto que hay muchas cosas por las que vale la pena vivir más allá de nuestro aspecto físico. Que todos tengan muchos años de felicidad y plenitud.

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